martes, marzo 07, 2006

Una de CHUPA con los amigos

Un día de Chupa.

Quien diga que salir de chupa con los amigos es una de más experiencias más agradable del mundo es porque no conoce a mis amigos.
Siempre hay esas oportunidades en que los amigos te quieren demostrar lo mucho que te quieren y la única manera de hacerlo, para que no los crean maricones, es invitarte a chupar o presentarte una hembra buena y si son las dos al mismo tiempo, hermano del alma for ever.
El día del cumpleaños 98 de mi abuela un amigo de mi trabajo anterior (la tienda de zapatos) me paso recogiendo para invitarme unas cervezas y restregarme en la cara que ya no salía con ellos y que siendo amigos de muchos años yo estaba alejándome, mas aun de el que como se la pasa en Quito me era imposible llamarlo en cualquier momento para unas bielas, me dijo que era un ingrato y que no me aleje de ellos.
En todo el trayecto desde que me recogió ( después de llamarlo como 20 veces para preguntarle si en verdad pasaba por mi ) y mientras circulábamos por las calles de Guayaquil hasta llegar al Malecón 2000 me paso repitiendo lo mucho que me consideraba su amigo, lo mucho que extrañaba las reuniones con todos nosotros, que no me aleje, que no dejemos esa amistad que nos une, que he cambiado, que ya no soy el mismo, solo le falto decir que ya no le mando flores ni le escribo cartas de amor y desde que nos sentamos y pedimos unas cervezas el dialogo se repetía y se repetía y se repetía, nunca hablamos de cómo nos va ahora, de los proyectos futuros y si de reunirnos todos los amigos de antaño para recordar juveniles reuniones alcohólicas y así pasaron, una, dos, tres, cuatro, cinco, seis cervezas y el tema el mismo, el mismo y el mismo.
Hasta que le sonó el celular, vio el numero, contesto: si mi vida, te quiero mucho, ¿cierto que estas rica?, ¿que Ahora?, no tardo ya voy.
- Bueno pana me tengo que ir, señorita la cuenta, donde te dejo botado, luego conversamos.
Y yo parado en nueve de Octubre y Malecón me preguntaban y hasta ahora me pregunto
¿Que paso?

Otra noche de Alcohol
Si ustedes pensaban que la experiencia anterior era para no volver a salir a chupar con panas (mejor dichos mis panas) la siguiente es para ser filmada.
Era un día viernes de esos normales, de aquellos que mi jefa dice que los hombres después del medio día solo nos dedicamos a pensar como sudar ( hasta ahora no se si se refería al deporte o al sexo, pero ambas respuestas serian validas), estaba regresando de visitar a un cliente en el centro de la ciudad eran casi las 17:00 hrs., como no había almorzado estaba comiéndome un sanduche de chancho ( si Chancho, no pernil como le gusta llamarlo a uno que otro alternativo) y regresar a la oficina a esa hora ya no era opción ( para los que quieran saberlo, los sanduches eran allá donde el primo, un kiosco por la zona rosa y que cuando le pides un sanduche te manda al segundo piso donde vas a estar mas cómodo y te percatas de que eso es imposible, te esta sirviendo un piqueo y te pregunta si lo quieres con arroz o cocolon y esas cosas raras que lo hacen especial, si no lo han probado se los recomiendo eso si si quieren que les sirva tuco, pídanle un filet mignon y van a ver).
Mientras disfrutaba del sanduche y la tradicional cola, mi celular suena y veo que es mi súper amigo Pichón (bueno era mi súper amigo, porque después del carnaval que me hizo sufrir no se donde carajo conseguir kriptonita) el cual me pregunta donde estoy y que me pasa recogiendo y como se que es de buen diente le compre un sanduche para el y fui a esperar donde quedamos que me recogía.
Primero me llevo a la oficina, en samborondón , atrás de la parrillada del Nato, donde como siempre pidió primero que le arregle la computadora y le quite todo el spyware y malware que le cae o que parece que colecciona, luego que le instale unos juegos y mientras tanto nos tomamos unas cervezas, al rato lo llama un amigo, un señor al que le decían Don Viche y que es padre de unas compañeras del colegio y que alguna vez tuvo mucho dinero al extremo que alquilaba cabarets enteros para celebrar con su personal e invitaba al Pichón y otro amigo que se llama Roberto que tomara relevancia después en esta historia, claro que después de tanto cabaret alquilado ahora el pana esta chiro y con justa razón. La llamada era para decirle que lo esperaba al (Pichón) y a Roberto (vieron) y que les tenía una sorpresita pero siempre y cuando llevaran la guitarra, la imaginación mía y de Pichón voló y pensé que pasaría una noche inolvidable y luego me daría cuanta como lo harán ustedes de que tenía razón.
Manejaba Pichón su silverado a toda maquina con la idea de recoger a Roberto el cual se encontraba en el centro de la ciudad y poder conseguir la guitarra elemento el cual no podía faltar por nada del mundo, pero luego de encontrar a Roberto este nos indico que a casa no regresaba porque después le seria imposible salir nuevamente, ante lo que optamos por ir donde Don Viche, sin la guitarra y ver que sucedía después.
Don Viche estaba en la principal e Sauces 3, tomando unas cervezas con un amigo llegado de Quito el cual lo había conocido en la empresa de Petróleos y que debido a que viajaba a Guayaquil lo invito a pernoctar en su casa e indicarle las maravillas de la ciudad y ante esa sola idea el pana no lo pensó y allí estaba listo para arrasar con todos los cabaret de la cuidad ( claro el veterano ya le había contado sus historias de cuando era empresario), LO PRIMERO QUE Don Viche se percato era que estábamos los 3 pero no la guitarra y al preguntarnos el porque de la ausencia y nosotros responderle el tipo se le comenzó a cargar a Roberto y decirle que era un Mandarina, que la mujer lo organiza, que a que hora tiene que ir a lavar platos y todas esas bromas típicas que se les hace a los maridos oprimidos.
Sin la guitarra Don Viche nos invito a su casa para continuar libando, al llegar y abrir la puerta aquel que lo despedazo a Roberto, el macho de la casa el rey del hogar, recibió una carajeada del demonio, primero por llegar tarde, luego por estar chupando, luego por traer al pana, por traernos a nosotros y por lo que carajo se le ocurrió a la mujer a lo que Don Viche como todo marido bien puesto respondió como se debía ? si mi amor, no mi amor, claro mi amor, nunca mas mi amor, perdón mi amor?.
Ya de capa caída regreso con unas botellas vacías de cerveza y unos bancos, claro acompañado desde el fondo con los alaridos de la mujer y en voz corta nos dijo casi sollozando, vayan muchachos traigan unas bielas, pero digan que es para mi para Don Viche, no se si eso lo dijo para subirse la autoestima o porque el tendero le tiene pena y sabe que la única solución para su humillación es unas cervecitas súper heladas.
Luego, saco una grabadora y puso música de Julio Jaramillo, pero en volumen bajo para que la mujer no se cabree y ante ese panorama la gente comenzó a pedir guitarreada, aunque el pana de Quito pedía mujerzuelas y nadie le hacia caso, como no había guitarra el propuso ir a casa del Padre donde tenia una guitarra vieja pero que servia y como al pichón le encanta la guitarreada y el carro era de el nos fuimos raudos y veloz a casa del padre de Don Viche, para esto yo le pregunte a Pichón:
- ¿Y, Donde es la casa del padre de Don Viche?
A lo que Pichón me respondió:
- Creo que Vía a Daule, por los cabaret.
Y yo le dije
- Ah, bueno suena interesante.
Pero a loo que ya estábamos por salir a la vía a Daule Roberto nos dice que estábamos en un terrible error que la casa de don Viche eran por le 26 y Pichón le dijo que si era por el Kilómetro 26 de la vía a Daule y Roberto le respondió que no que en el 26 ese pueblo que queda mas allá de Taura.
Ahí, se me quito media plutera y deteniéndonos en seco le preguntamos bien a Don Viche sobre la ubicación real del Padre y nos confirmo que si que era en el 26 mas allá de Taura pero que el era allá el King, el amo y señor, el duro del pueblo y como todos esos duros de pelados terminan siendo mandarinas de viejos, nos pareció lógico y le metimos a toda maquina al 26.
Mientras viajábamos alucinábamos sobre la noche que nos esperaba, todo un pueblo a nuestros pies, peladas de pueblo listas a entregarse a los citadinos, gente que te invitaba bielas solo por ser pana de DON VICHE y esas cositas más.
Al llegar al 26, el cual creo que en realidad se llama General Plaza, nos dirigimos a la casa de Don Viche, o mejor dicho de su padre, pero no sin antes dar un vistazo al panorama y verlo desalentador, al llegar al lugar donde descansaba la guitarra, una vieja carpintería de esas típicas de pueblo, Don Viche nos invito muy cordialmente a tomar asiento en sillas a medio terminar, saco una jaba de cervezas con botellas vacías y la guitarra vieja, nos pidió que compráramos las cervezas pero que tengamos mucho cuidado porque ese pueblo era peligroso, primera señal de alarma de esas que se dan cuando algo marcha mal pero que uno ni bola le para, Roberto y el invitado de la sierra se ofrecieron a ir a comprar, mientras Pichón y yo nos quedamos acompañando a DON VICHE mientras afinaba la guitarra y nos contaba que ese pueblo era cuna de los mas buscados ladrones, asesinos y sacapintas de la ciudad y del país entero que era tierra del rey Zamora y de otros de igual cartel y que mejor nos quedábamos guardaditos en casa para no correr peligro, ante la pregunta mía de ¿Y usted no que es el King de la zona? Me contesto ?de la zona de aquí del portal de la casa de papa?.
Ya con la guitarra afinada, las cervezas heladas, todos listos para disfrutar lo poco que se podía, pero optimista de oír buena música, pues mientras afinaba la guitarra las notas que surgían de esta eran promisorias. Don Viche nos pregunto cual seria la primera canción que queríamos oír y yo insistí en que el alma en los labios, acepto y comenzaron a sonar las primeras notas.
Lo que vino después solo fue comparado con el comercial de energizar aquel del que se olvida de comprar pilas para la grabadora y en el cual uno de ellos le dice que no se preocupe que el trajo la guitarra y se oye eso de Soooyyyyy un Gaaatoooo solitarioooo, AUUUUUUUUU, si señores así de horroroso, totalmente desafinado, sin estilo, sin sentido, JJ se revolvía dentro de su tumba, Olimpo Cárdenas volvió a morir, pero esta vez suicidándose y José José al lado de Don Viche se hubiera oído como el de antes y no como el gallo viejo de ahora.
Y me toco oír 5 de esas hasta que el Padre de Don Viche, un señor de edad con alto sentido de la compasión, saco una grabadora, la conecto, sintonizo una emisora con buena música y le dijo al hijo que se deje de cantar pendejadas, que cuando aprenderá que canta feo y que le devuelva la guitarra que la va a quemar.
Luego Roberto para salvar la situación dijo que contaría unos cachos buenísimos que se sabe, que el de esa manera logra que los chóferes a los cuales debe de acompañar a provincias, cuando salen contratos en la empresa que labora, no se aburran o se duerman en la carretera y comenzó, uno tras otro los peores cachos, los mas agrios, encima mal contados, largos y aburridos, de razón nadie quiere viajar con el y a los que les toca siempre se accidentan, ahora se que fueron intencionales esas colisiones.
Y mi pregunta ante ese panorama era, ¿como me regreso?, ¿que carro cojo?, taxi por acá no hay, ¿Salgo a la carretera y espero un transporte Ecuador, una Panamericana, ¿Qué carajo hago?
Solo quedo rogarle a mi pana que nos vayamos, que nos la saquemos y ante la duda de mi amigo, el invitado de la sierra prácticamente nos lloro para que lo saquemos de ahí, que el había oído hablar de la Odisea Romana, de la Isla del Tesoro, de la Excalibur, que por lo menos lo llevemos a la Pacha o a la Vikingo que el paga lo que sea pero que lo saquemos de ahí.
Ya eran las 03:00 hrs. Y tuvimos que decirle que si que nos regresábamos pero que todo lo que soñó no podría ser realidad ese día, a lo cual el nos pidió el horario del primer vuelo de regreso a Quito y que lo pasemos dejando por le Aeropuerto.
Ya retornando a Guayaquil y dejando a cada cual en su casa, solo me quedo pegarle una puteada del padre y madre a mi pana, lo cual solo logro abrirle el apetito y me invito a comer encebollado por allá en la Alborada por Albocentro no se cuanto.
Eran las 04:30 hrs. y yo llegaba a mi casa, típica broma de hacer escándalo con el claxon para que todos se despierten, entre a mi departamento, me cambie de ropa y ante los reclamos que me hizo mi esposa por llegar a esa hora, muerto de cansancio solo atine a decirle que a la mañana le contaba y que en vez de enojarse conmigo se mataría de la risa.
Dicho y hecho hasta ahora no para de reír