jueves, agosto 17, 2006

¿Piedritas en los riñones? historia de una madrugada en el hospital


Siempre se me erizaba la piel cuando oía que necesitaba ir a que me atiendan de alguna herida o alguna dolencia, mas aun si por la intensidad imaginaba una intervención quirúrgica, esto era seguido de un escalofrió que recorría mi espalda si oía mencionar junto a "llevémoslo u operémoslo" la frase "Hospital del IESS", en ese momento a mi mente llegaban por oleadas imágenes y recuerdos de reportes periodísticos o de algún noticiero de televisión en el cual se hacia alusión a la mala intervención quirúrgica o de estados vegetales por abuso o mal uso de anestesias, sin mencionar algún conocido que perdió la madre, padre, esposa o hijo por hacerlos atender en dicho centro de salud.

Luego cuando una buena amiga me comento que necesitaba que su madre necesitaba una operación al corazón y me menciono que dicha se realizaría en el Hospital Teodoro Maldonado Carbo de IESS, me hice de tripas corazón para no decirle que si estaba loca o si no había pensado en todas las cosas que decían de este hospital.
Cuando volví a hablar con ella y me contó que la operación fue un éxito, me alegre sobre manera y me admire de la suerte que había tenido al salir ilesa de dicha intervención.

El día miércoles en la noche después de merendar como recién rescatado de un naufragio, un dolor invadió mi costado derecho, al principio parecía un pequeño calambre, luego se incremento en intensidad y llegue a pensar que la comida me había caído mal, cuando el dolor comenzó a aumentar y llegar al extremo de hacerme gritar, pensé que no era cualquier cosa, rápidamente el dolor creció tanto que sentía como mi abdomen se contraía en espasmos interminables y en ese momento después de que mi esposa me pregunto tantas veces si me pasaba algo y yo igual de veces contestarle que no, le dije que si, que me pasaba algo y algo bien feo, rápidamente telefoneó a mi madre y juntas decidieron llevarme a hacerme atender y la primera opción fue el hospital del seguro social, a pesar de tener seguro de salud, la verdad es que no creo mucho en ellos y con sabiendo que en muchas clínicas privadas presentando la tarjeta de afiliación sin ir acompañada de una tarjeta de crédito o dinero en efectivo, podías tranquilamente morir en el intento, el dolor era tan agudo e insoportable que lo único que yo deseaba era o extirparme las vísceras yo mismo o que lo hagan en el hospital.

Nos embarcamos en el carro y por la cercanía estuvimos allá en 5 minutos, claro a la 23:00 hrs. un día miércoles por la 25 de julio tampoco hay mucho trafico, lo malo fue que no sabíamos que podíamos ingresar a emergencias con carro y todo, por lo que lo estacionamos afuera y me toco caminar los 50 metros que separan de la puerta.

Al llegar me atendieron rápidamente y a pesar que estaba convencido que lo primero que me dirían seria? tranquilo, Bobby, tranquilo? la verdad es que varios doctores de turno se acercaron a mi, me preguntaron que me dolía donde y desde que hora, luego uno de ellos vio mi vientre abultado, producto de interminables reuniones con cervezas, opíparos almuerzos, meriendas interminable, uno que otro bocadillo de media noche, algunos Blogs& Beer y la vida de casados ( si porque si las mujeres le echan el muerto de la perdida de curvas al matrimonio y los hijos, porque nosotros no podemos hacerlo también) y me dijo que si eran así o si estaba hinchado, como me dolía tanto y con miedo que si lo mandaba a la punta de un cuerno me echaban a un rincón a esperar a que me recoja la parca le dije que si estaba un poco gordo pero no tanto, luego me inyectaron un calmante y me dijeron que tenia que espera un poco para realizarme exámenes de sangre y un eco para descartar cualquier calculo, como el dolor decreció un poco pedí que me llevaran a realizar los exámenes, para esto un camillero se apresuro a traerme una silla de rueda y a ayudarme a sentar en ella para luego llegar a los lugares en que me realizarían dichos exámenes, el de sangre y orina me lo realizaron en el primer piso luego de darme un frasquito para que lo llene a cabalidad y luego de extraerme como un litro de sangre de mis venas, el eco lo realizaron en la planta baja y el camillero se encargo de buscar al residente de ecosonografia para que me lo realice, cuando la imagen apareció en el pequeño monitor me dijo que creía que tenia alguna piedrita en el riñón pero que eso lo determinaría el doctor que me atendía revisando los demás exámenes.

Luego de 30 minutos estuvieron listos y determinaron que lo que tenia era una muy fuerte infección en las vías urinarias pero que eso solo se definiría con una radiografía la cual se programaría para la mañana, mientras tanto me estabilizarían con un suero y antibiótico a través de una vía directa a mi vena, luego la licenciada en enfermería me la coloco y me dijo que trate de descansar y que pronto pasara el dolor, no sin antes al despedirse el doctor que me atendía en ese momento me diga que el cólico renal es un dolor exquisito solo comparable a un parto por vía normal.
En la madrugada ya un poco con menos dolor, un camillero me llevo con camilla y todo a la sala de imágenes donde me hicieron pasar de primero a pesar de que ya había gente esperando realizarse algún examen y a las 5 minutos me devolvían a emergencias ya con radiografía en mano, debido a que la merienda fue sustanciosa en mis tripas solo se alcanzaba a ver comida mas no ningún calculo, el doctor me receto otro suero y mas antibiótico y pronostico que en la mañana estaría mejor.
Ya al levantar el alba en un rincón de la sala de emergencia me desperté ya repuesto y con una sensación de alivio, pero como nunca esta demás cualquier previsión, el nuevo doctor de turno me dijo que mejor se aseguraba, que me ponía otro suero, mas antibiótico, me receto unas pastillas y me dijo que a la tarde si quería podía darme el alta.
Aproveche a descansar un poco y ver pasar el desfile de personas que necesitaban atención medica, una señora que no reaccionaba al estimulo, un ataque de presión alta de una madre cuyo hijo llego cargándola en brazos pensando que sufría un ataque cardiaco lo cual gracias a Dios no fue, una chica que en la mañana había sufrido un accidente con una vitrina y llego con el pie ensangrentado, una persona que había caído de un andamio y hasta una menor que en el escapándose del colegio había abusado del alcohol y que llego en estado deplorable llevada por un profesor y todos ellos fueron atendidos rápidamente y cordialmente, menos la menor de edad que fue enviada al hospital del niño.
A las 14:00 hrs. terminado el suero pedí el alta y abandone el hospital y no porque me lo pidieran, mas bien porque había gente que necesitaba mi espacio y yo sabia que en casa podía recuperarme mejor.
Desde ese momento todo lo que había pensado de esa casa asistencial se borro de mi mente y solo tengo recuerdos de doctores amables, preocupados, capaces, licenciadas y enfermeras atentas y cordiales, suficiente stock en medicinas para las emergencias y salir caminando por tus propios pies después de tan agonizante experiencia es para sentirme más que agradecido. Sin mencionar estar escribiendo este post, por supuesto